Peñarol y Nacional empataron sin goles en el «Campeón del Siglo».

Tricolores y carboneros no lograron convertir en un partido que se jugó con más ganas que buen fútbol.

Peñarol arrancó con gran intensidad, buscando el gol que le permitiera manejar el encuentro que se jugó solamente con hinchas locatarios.

Nacional, que comenzó a los tumbos y debió quemar la primer modificación de forma rápida por lesión, encontró en la jerarquía de un notable Mauricio Pereyra la llave para revertir dicho desarrollo y controlar a los dueños de casa, que tuvieron la más peligrosa con un impecable cabezazo a quema ropa que atajó formidablemente el arquero Mejía.

El segundo tiempo, pacato y sin la intensidad del primero, debió detenerse en varias ocasiones ya que la parcialidad carbonera tiró, en varias oportunidades, diferentes elementos al campo de juego buscando impactar a los jugadores del tradicional rival.

Lo mismo sucedió en la previa con el omnibus que llevaba a los albos hacia el estadio mirasol, cuando una piedra impactó en una de las ventanas, lo que demuestra, una vez más, que el flagelo de violencia en los eventos deportivos va mucho más allá que en desarrollarlos con una sola parcialidad.

A su vez, y como en el cotejo de primera hora entre Cerro Largo y Racing, el VAR volvió a estar en el ojo de la tormenta, por un posible penal contra Carneiro que el juez nunca fue a revisar.

Peñarol se mantiene como único líder del torneo, con 16 puntos, mientras que Nacional está cuarto con 10.

¿La particularidad? Ambos grandes están invictos en lo que va del Apertura.

Foto: Leonardo Carreño.